miércoles, 8 de noviembre de 2017

La "Diosa del Amor y la Guerra"

Por John Sajje




En 1972 la activista política y feminista Gloria Steinem, autora de "After Black Power, Women's Liberation", escribió que la Mujer Maravilla (Wonder Woman) simbolizaba muchos de los valores que las feministas estaban intentando introducir en la cultura popular: la fuerza y la auto-confianza de las mujeres en ellas mismas; las nociones de apoyo mutuo y hermandad; la paz y la promoción de valores humanos, y la denuncia de las agresiones masculinas y de la violencia como única forma de resolver los conflictos. La serie fue creada para DC Comics en 1941 por el psicólogo   William Moulton Marston, convencido de la superioridad del género femenino.

Así nació la princesa Diana de Themyscira, hija de Hippolyta. Al mezclarse con la sociedad fuera de su tierra natal, adopta su identidad civil Diana Prince. Al personaje también se lo conoce con epítetos como el "Increíble Amazonas", el "Espíritu de la verdad" y la "Diosa del Amor y la Guerra".

Naciones Unidas la nombró a la súper heroína embajadora honorífica para promover la igualdad de género y la lucha contra la violencia machista. Ban Ki-moon avergonzado con 45.000 firmas de queja, anuló el título y la mujer maravilla fue derrotada. Duró dos meses en el cargo.


Pero, Hollywood sigue siendo mágico. ¡Ahora inventó el acoso! No porque Disney haya producido la serie infantil ‘Andi Mack’, que trata el tema de la homosexualidad. Tampoco por la  influencia del personaje que encarnó Judy Garland en El mago de Oz, donde era ya evidente que los colores de la bandera que representa el movimiento hacen una clara alusión a la canción Over the rainbow, que la actriz entonase en la mítica película.

Todo se debe al caso Harvey Weinstein, el famoso productor de Shakespeare in Love (Shakespeare enamorado)  acusado de violar, agredir, molestar y hostigar sexualmente a más de un centenar de mujeres a lo largo de tres décadas. Al abrirse la caja de Pandora  por el mundo se desperdigó el #MeToo (#Yo también) un hashtag con el cual se auto reivindican millares de mujeres que a lo largo y ancho del planeta solo han sentido el pie masculino.

Pero, ¡oh, sorpresa! apareció el caso Kevin Spacey, donde el actor Anthony Rapp le acusara de un caso de acoso sexual en 1986, cuando ambos tenían 14 y 26 años, respectivamente. Con ello nos dimos cuenta que esto, no es exclusividad de las mujeres, sino que el acoso sexual es una situación de posición dominante.  Que la violencia de género es eso, de género, no solo de mujeres. 
30 años cometiendo toda clase de tropelías para que algunos de esos abusos  prescriban en el tiempo y no tengan poder vinculante. Los mismos 30 años que se demoró Kevin para mirarse en el espejo y reconocerse homosexual.

Lo más triste es que el mundo estaba más expectante de si la plataforma Netflix rompía cualquier lazo con Kevin Spacey (Frank Underwood)  y por ende se acababa “House of Cards" debido al escándalo sexual o la serie seguía. Por fortuna eso no quedó en  la anécdota de “para pegarte en la cara marica” sino que la plataforma decidió romper cualquier lazo con Kevin Spacey y subrayó que no seguirá adelante con la serie "House of Cards" mientras esta siga incluyendo al actor. Le retiran el EMY y Scotlan Yard lo investiga por un abuso de 2008.

Y Hollywood dijo hágase el acoso y el mundo empezó a  hablar del tema, lo visibilizó, nos mostró la cara. Nos la pintó. La hipocresía se sonrió de frente. Nuestro rango de indiferencia subió. Y pensar que a diario muchachas del servicio son  asaltadas sexualmente por “El señor” o el  despertar sexual del “señorito”. Que a diario chicas en almacenes sufren ese tipo de acoso para ganarse un  trabajo. Que a diario en los colegios se acosa por una nota. Que a  diario en las altas esferas se pide y da sexo por obtener un empleo. Que a diario en la televisión se trafica con sexo a través de realities para obtener un  papel, para que la gente vote por el más obsceno. Que a diario el cliente le soba “la nalguita” a la camarera para poder dejarle la propina. Que a diario se vive en la empresa el “tocamiento” para ascender. Que a diario en cuanto reinado y pasarela existe, desfila el acoso y campea el lenguaje Fashion. En todas esos eventos angustiantes y más, a diario se  aprovecha  la posición del poder y la fuerza y se hace dominante sobre el dolor de los más humildes. ¡Oh! y los escaladores sociales, porque no falta quien use sus dotes para escalar sin  recato y pudor.

A propósito, ¿piensa que eso de la Mujer Maravilla fue una “maricada” que se inventó Naciones Unidas para dar contentillo a las mujeres?

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